En la mañana del jueves 3 de julio, decenas de familias de pescadores artesanales y comunidades que habitan las riberas del río Magdalena, aguas abajo de la represa El Quimbo, se vieron nuevamente afectadas por el aumento del caudal del río Páez y la apertura de compuertas de la hidroeléctrica.
La multinacional ENEL, sin previo aviso y sin poner en marcha el plan de contingencia y un sistema de alertas tempranas para las comunidades, abrió las compuertas con el fin de controlar el nivel del embalse, lo que provocó un incremento sin precedentes en el nivel del río Magdalena. Esta situación ocasionó la inundación de viviendas, cultivos y la pérdida total de bienes, enseres y herramientas de trabajo, afectando especialmente a los pescadores artesanales, quienes hoy exigen el cierre inmediato de compuertas para salvaguardar sus vidas y tratar de recuperar lo perdido.
Es importante mencionar que la Gobernación del Huila conoce de esta problemática en dos reuniones realizadas los días 9 y 17 de junio, sin que hasta el momento se hayan tomado medidas efectivas para proteger a las comunidades.
Frente a esta situación, Asoquimbo hace un llamado urgente a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), al Ministerio de Agricultura, a la Secretaría de Agricultura del Huila y a la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), para que atiendan de manera inmediata esta crisis mediante la comunicación directa con ENEL para regular el caudal del río y garantizar la seguridad e integridad de las familias que habitan aguas abajo; la gestión de ayudas de emergencia, debido a que los pescadores artesanales han perdido ropa, enseres y herramientas de pesca; y la identificación urgente de las personas y lugares afectados, con el fin de ofrecer una respuesta estructural que no se limite únicamente a medidas temporales.
Es necesario recordar que, desde el año 2024, la UNGRD en el marco del Plan de Atención al Fenómeno de El Niño y del decreto de calamidad pública departamental se comprometió a brindar ayuda humanitaria a los pescadores artesanales, compromisos que hasta la fecha no han sido cumplidos.
Asoquimbo y las comunidades ribereñas exigen soluciones estructurales y la garantía plena de sus derechos. La vida y el sustento de cientos de familias no pueden seguir siendo sacrificados por los intereses económicos de las grandes empresas.